jueves, 11 de enero de 2024

ARTÍCULOS DE INTERÉS

BIBLIOTECAS ESCOLARES LÍQUIDAS

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 [JOSÉ JUAN SANZ PEINADO] 

La sociedad líquida empieza a perfilarse con la corriente llamada “posmodernista”: la crisis de los que creían poder aplicar al mundo un modelo de orden (Eco, 2017). Sin embargo, la sociedad actual se encuentra ante un mundo cambiante por momentos impulsado por su estado hiperconectado, globalizado, digitalizado y por un avance tecnológico constante y cambiante que necesita ser entendido por los individuos que la conforman; para que todos y cada uno de ellos se puedan desenvolver en la sociedad en igualdad de condiciones, superando los obstáculos y/o barreras que se pudieran encontrar en un momento dado en la misma. El nivel educativo de los ciudadanos hace que se posea más o menos herramientas para afrontar con garantías de éxito los retos que se les plantea en el discurrir del día a día, y afrontar con éxito los desafíos en el panorama diario en un mundo globalizado y cambiante. Un mundo en el cual se recibe información constante por los diferentes medios de comunicación en una era denominada por algunos expertos como la era de la “posverdad” y, en la cual, hay que discernir el grado de veracidad de la misma que nos llega a diario (empleado por primera vez por Steve Tesich en la revista The Nation, en un artículo sobre los escánalos de Watergate y la guerra e Irak, y desarrollado de forma conceptual a partir del libro The Post-Truth Era de Ralph Keyes en 2004). Y es aquí, ante la información, donde los lectores de la sociedad actual necesitan herramientas para poder reflexionar y actuar de forma crítica y, por ello, el lugar donde el lector se prepara para el futuro, en el cuál se encuentra el presente y pasado de nuestra cultura, donde se facilita el hábito lector, las competencias clave, el aprendizaje de los contenidos curriculares, donde se exploran nuevas vías de aprendizaje y/o conocimiento, etcétera. Un lugar que no es que otro que una biblioteca conforme a (Darnton, 2011). Por lo tanto, en los centros educativos ya hay un espacio que preserva la cultura, la información, el pensamiento crítico, la creatividad, la lectura, etcétera: la biblioteca escolar. Para Santos (2017), “la lectura democratiza la vida de la sociedad y nos construye como personas y como ciudadanos”. 

Un espacio que enlazado a la “alfabetización” y que conecta el pasado y presente para preparar para el futuro adaptándose a las necesidades actuales, cambiantes. Un estado no “sólido” o “rígido” sino “líquido”. Un lugar que interviene y ayuda a las formas actuales de comunicación a partir de los formatos diversos, el aprendizaje y la enseñanza, las competencias y habilidades inherentes en los seres sociales, y/o el fomento del hábito de la lectoescritura en el espacio social actual y cambiante. Un estado “líquido” en el cual la biblioteca escolar se ve también copartícipe desde la perspectiva en que interviene como medio de equidad, de equilibrio ante la desigualdad en el acceso a la cultura y/o a la información, o como preparación al individuo en su inmersión en una sociedad cambiante y no “rígida”, “ordenada” o “sólida”. Es por ello que surge la noción de “biblioteca escolar líquida” en base a esa coparticipación en el medio social actual y cambiante, en la hay que emplear una lectura multimodal, el discernimiento de la veracidad de la información ante el cúmulo inmediato y diverso, los medios de comunicación diversos, las nuevas alfabetizaciones y transmisiones de información “lineal” y/o “transversal”, los derechos y obligaciones como seres sociales ligadas al “buen uso” de la información en los medios que empleamos, etcétera. Surge la necesidad de una adecuada formación para poder “navegar” en el mundo líquido físico y/o virtual en el cual estamos inmersos en nuestro día a día y, por ello, una continua transformación de la biblioteca escolar para atender a dicha necesidad y a la formación como seres sociales de la comunidad educativa en particular. Una transformación cambiante (“líquida”) al servicio de la comunidad educativa y a la sociedad en general. 

1. HERRAMIENTA BÁSICA EN LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN Y EL CONOCIMIENTO Conforme lo recogido en el preámbulo de la Ley 10/2007, de 22 de junio, de la lectura, del libro y de las bibliotecas, se entiende a esta como: “una herramienta básica para el desarrollo de la personalidad y también como instrumento para la socialización; es decir, como elemento esencial para la capacitación y la convivencia democrática, para desarrollarse en la “sociedad de la información”…”. Una herramienta que tiene que “contribuir a fomentar la lectura y a que el alumnado acceda a la información en todas las áreas del aprendizaje como dinámica imprescindible para participar en la sociedad del conocimiento” conforme lo recogido en el artículo 113 de la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación en su texto consolidado. Y no solo el alumnado, sino todos y cada uno de los agentes de la comunidad educativa como ciudadanos que tiene que adaptarse al “consumo de información” y a la “transformación digital” (Sánchez, 2017) constate y cambiante a través de los diversos modos y/o medios de comunicación y/o transmisión de información. Una herramienta que no solo es “básica” para el “desarrollo” sino que tiene que ser “sostenible” en el tiempo en aras de una educación de calidad. Una educación que tiene que atender a la diversidad como “factor de compensación social” (Lluch, 2019). Por consiguiente, vinculada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2030 con unos puntos de apoyo definidos: equidad en las Tecnologías de la Información y la Comunicación, compensación de desigualdades, igualdad de género, una comunidad sostenible, etcétera. 

2. FUSIÓN EN LAS BIBLIOTECAS ESCOLARES. Se denomina “fusión”, desde un punto de vista físico, al cambio de estado de sólido a líquido, entendiéndose por el estado de la materia sólido a aquel en el que hay una forma y un volumen fijo mientras que en el estado líquido su forma es variable, hay menos cohesión entre sus átomos. De este modo, conforme a (Bauman, 2015), hoy en día se ha producido en la sociedad una “crisis”, una ruptura en la “cohesión” del “estado sólido” de la misma al aparecer la arbitrariedad en lugar de haber una regularidad. La sociedad actual hiperconectada y globalizada hace que el flujo de la información sea inmediata, cambiante, diversificada y con una veracidad mutable atendiendo a los pilares sobre los que se sustentan; lo cual afecta a la cohesión de la misma frente al modo “ordenado”, “perdurable”, “veraz” y menos voluble antes de la irrupción del mundo virtual. Es en medio de este cambio en el “estado de la información”, en esta fusión de “sólida a líquida”, en la que las bibliotecas tienen que actuar también de forma líquida, “cambiando” su modo de actuar y articulando medios y/o artefactos para discernir la veracidad de la información; preservando la cultura y el acercamiento de ambas a todos y cada uno de los agentes de la comunidad educativa; actuando como se describió en el punto anterior como: instrumento socializador, elemento para la capacitación, la convivencia democrática y el desarrollo en la sociedad de la información. Una transformación líquida y sostenida en el tiempo dada la rápida transformación real y virtual de la sociedad actual. Las sociedades están cambiando de forma constante y, lo que en un momento dado parecía “natural” o “perdurable”, se transforma dado que el contexto cambia por factores nuevos que intervienen conforme DIDÁCTICA93 Andalucíaeduca NÚMERO 303 · ENERO 2024 BIBLIOTECAS ESCOLARES LÍQUIDAS a (Bauman, 2015). 

Por consiguiente, desde la educación se tiene que mostrar tanto el nuevo contexto como los nuevos elementos que se mezclan e intervienen con la intención de poder permitir movimientos oportunos a cada uno de los individuos de la sociedad en el marco de una buena convivencia y entendimiento social. La forma intrínseca y extrínseca de transmitir la información, sus fuentes y los medios de transmitirla están en permanente cambio. Esa dualidad que cada individuo tiene en la sociedad como emisor y receptor de la misma está en continua transformación. Y es aquí en el que las bibliotecas escolares tienen que intervenir para preparar ante las diferentes alfabetizaciones, medios de transmisión, la veracidad de la misma, en cómo reconocer fuentes fiables de transmisión, la responsabilidad de ser copartícipes en su transmisión, los derechos y obligaciones inherentes en su empleo y en los medios que empleamos, el tráfico de datos de información, preservar la diversa cultura, etcétera. Un ejemplo de ellos, lo encontramos en los problemas que surgen con la lectura digital (Salmeron, 2014) respecto a: • 

La información: el lector tiene que ser capaz de hallar y ubicar la información útil, relevante y pertinente con ayuda de estrategias adecuadas en un tiempo óptimo.

 • La fiabilidad: ser competente al discernir la verosimilitud de las fuentes de información en el espacio digital. 

• El conocimiento: no hay un conocimiento per se producido por la información. Es necesario llegar a dotar de significado a los datos obtenidos de la información a través de la lectura e integrarlos en las estructuras cognitivas. 

Nos encontramos ante un contexto social cambiante y, por ello, la necesidad de una constante transformación de la biblioteca escolar. Una biblioteca escolar “líquida” que continúe de forma práctica y real con la parte dogmática de las políticas bibliotecarias llevadas a cabo en la primera mitad del siglo XX por el Patronato de Misiones Pedagógicas y la Junta de Intercambio y Adquisición de Libros. De este modo, tres fueron el tipo de actividades que llevaban a cabo las Misiones Pedagógicas (Boza, 2004):

 – El fomento de la cultura general por medio de la creación de bibliotecas y de la organización de conferencias, lecturas públicas, proyecciones cinematográficas, audiciones musicales, recitales de coros o pequeñas orquestas, representaciones de teatro y guiñol, exposiciones de pintura por medio de un museo circulante, etcétera. 

– La educación ciudadana en los postulados democráticos. 

– La orientación pedagógica de los maestros de las escuelas rurales. Unas bibliotecas escolares que, tomando de referencia su origen, continúe con la esencia de la misma en el contexto actual y mutable, transformándose ante el incesante cambio de la “sociedad líquida” actual. Conforme a Miret (2021), todo un reto al asumir objetivos de transformación en un contexto en transformación. Por consiguiente, una triple vertiente a tener en cuenta: ante la cultura actual de la sociedad; la información y el individuo como ser social en esa dualidad real-virtual; y la formación y preparación a lo largo de nuestra vida para dotarnos de herramientas para desenvolvernos en ella con autonomía y pensamiento crítico. 

Unas facetas de la realidad que se pueden poner en correlación con la Agenda 2030 y los Objetivos de desarrollo Sostenible: • Cultura: Objetivo 11. Ciudades y Comunidades Sostenibles con el indicador 11.4. “Redoblar los esfuerzos para proteger y salvaguardar el patrimonio cultural y natural del mundo”. • Ciudadanos: Objetivo 16. Paz, Justicia e Instituciones Sólidas con el indicador 16.10. “Garantizar el acceso público a la información y proteger las libertades fundamentales, de conformidad con las leyes nacionales y los acuerdos internacionales”. • Formación: Objetivo 9. Industria, Innovación e Infraestructura con el indicador 9.c. “Aumentar significativamente el acceso a la tecnología de la información y las Comunicaciones”. 


3. CARACTERÍSTICAS DE LAS BIBLIOTECAS LÍQUIDAS En primer lugar, la reinvención constante para dar un servicio a la comunidad educativa en contraposición a una ruta o “identidad” concreta e inmutable. Hay una reflexión y/o revisión sistemática y consistente ante la nueva realidad. En ella interviene la creatividad como un papel importante para el desarrollo eficaz y eficiente del camino a seguir.  En segundo lugar, no hay un anclaje a unos pilares sólidos, sino que algunos son susceptibles de ser sustituidos ante la incertidumbre de la sociedad cambiante por otros de mayor resistencia y alcance hacia la comunidad educativa. El objetivo es dar un mayor y mejor servicio a la comunidad educativa ante la nueva realidad que nos envuelve. Como tercera característica tenemos la flexibilidad ante la mutación al nuevo contexto que nos envuelve, unos espacios más abiertos ante los cambios adaptándose y volviéndose más cercana a cada uno de los individuos. Conforme a Lluis Anglaad (2016), “las bibliotecas están más cerca de la gente que del documento”. La cuarta característica viene marcada por una transformación en la disposición y/o acceso de la información: un cambio arquitectónico, disposición y/o renovación de los recursos, los medios de prestar servicio, etcétera. Una biblioteca centrada en el presente y futuro, pensando en las necesidades actuales y venideras. En resumen, una biblioteca superviviente, refrescante, adaptable, que se reinventa, atractiva, que atiende a las necesidades actuales y venideras y no adoptando medidas pasajeras, estancadas, sin fondo o propias de unas necesidades pasadas. Por todo ello, se hace necesaria una reflexión continua para trazar el plan de trabajo o ruta a seguir en el estado presente y futuro de la biblioteca escolar.  

4. CORRIENTES DE INTERÉS La International Federation of Library (IFLA, 2023) analizó un par de Informes: Informe de Políticas del Secretario General de las Naciones Unidas sobre el Pacto Digital Mundial y la Integridad de la Información. En dicho análisis se relacionan la información y las bibliotecas, las cuales tienen que contribuir: 

• A la integridad de la información: recopilación, selección y acceso a una información fiable para todo el mundo. 

• Al compromiso cívico: a una sociedad informada, con herramientas para desenvolverse y partícipe en sí misma de forma crítica. 

• Al pensamiento crítico y la toma de decisiones: tendiendo puentes entre las diferentes materias y/o áreas de conocimiento de tal forma que la reflexión, el pensamiento crítico, la autonomía personal, el consenso dialogado, el aporte de argumentos y evidencias, entre otras, sean los ejes conductores de los diálogos y/o comunicación social. 

• A la garantía del derecho a educación: como proveedora de aprendizaje permanente y desarrollo de habilidades para todos los individuos de la comunidad educativa.  

• A la investigación e innovación: apoyando el intercambio de conocimientos, mediante espacios inclusivos y abiertos, la comunicación bilateral y fluida entre los diferentes agentes que intervienen el espacio de la biblioteca escolar. 

• Al bienestar de los diversos agentes: espacio seguro y/o de refugio a todos y cada uno de los individuos de la comunidad educativa. 

• A las diversas alfabetizaciones y desarrollo de habilidades: contribuyendo a mejorar competencias, habilidades y a formar personas seguras en el espacio real y digital. 

• A la cultura y desarrollo social: centrándose en proporcionar las herramientas necesarias para que los individuos se desenvuelvan en la sociedad. • A la conectividad, relevancia y fuentes fiables de información: ofreciendo herramientas para dilucidar la veracidad de la información, al tiempo de información veraz, relevante y conectada en diferentes contextos, materias, modos y/o lugares.

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