Bartolomé Delgado Cerrillo mar., 28
de nov. de 2023
Así que el libro no está muerto, la
tecnología simplemente lo está ayudando a evolucionar más allá de sus límites
físicos. Artículo completo:
Ni el libro electrónico ha hundido el
libro en papel, ni la tecnología ha matado la lectura. Todo lo contrario. A
pesar de que Internet se ha demonizado en cientos de ocasiones como el hogar de
la piratería, lo cierto es que plataformas y redes sociales han contribuido a
un nuevo boom en las letras y a que un libro no muera cuando se lee la
última página.
Hay
recursos para todos los gustos. Desde los más jóvenes que se enganchan con
TikTok, hasta los clubes de lectura para comentar novelas a cualquier edad.
Desde los que prefieren escribir sus propias obras en Wattpad, hasta los que
recomiendan a otros a través de Instagram o de newsletters temáticas. Por no
hablar del formato audio, los audiolibros han llegado para quedarse y en los
podcast, como el de Librotea, la lectura también tiene su espacio.
El único límite es la curiosidad del lector.
La
revolución de Wattpad
Mientras
que a muchos la palabra Wattpad no les dirá nada, para millones
de lectores es su refugio. “Wattpad diría que es la plataforma que ahora mismo
está triunfando con escritores online porque es un sitio donde cualquiera puede
colgar su trabajo y puede leer el de otros. Y gracias a la interfaz que tiene
de comentarios, de interacción y tal es muy fácil hacer comunidad con tus
lectores”, define Joana Marcús, nacida en Mallorca en el año 2000 y considerada
una de las reinas de la plataforma. Es, de hecho, la única española que figura
en el top 10 de autores de la app.
Para ella, lo mejor que ofrece este
soporte es “el hecho de poder estar hablando con otros lectores del mismo libro
que tú estás leyendo y poder ver sus opiniones y sus teorías”. Como autora,
toda esa posibilidad de diálogo le gusta “mucho”: “Pero soy consciente de que,
si no estás muy abierto a las opiniones externas, que pueden ser tanto buenas
como malas, te puede llegar a afectar, porque al final es mucha gente, mucha
interacción y tienes que estar mentalmente preparado para aceptarlo todo, no
solo lo bueno”.
La
escritora Joana Marcús, conocida como la reina de Wattpad.CROSSBOOKS
¿Y cuánto es mucha gente? En su caso,
y solo en Wattpad, “novecientos y pico mil seguidores”, dice casi con timidez.
“Empecé ahí con 11 años. Entré para leer, realmente no empecé a escribir hasta
unos meses más tarde porque vi que mucha gente de mi edad lo hacía y dije ‘me
uno al barco, yo también quiero intentarlo’. Tardé bastante en asentarme un
poco en la plataforma, en empezar a tener seguidores, y ha sido en los últimos
dos años cuando ha empezado a llegar todo”, recuerda. Y ese despegue lo
relaciona directamente con la pandemia: “como todos estábamos en casa y no
teníamos nada que hacer, mucha gente nueva se unió a la comunidad de lectores y
a las redes de escritores y ha habido un boom brutal”.
Tras
ese éxito online este febrero vino la publicación física de la trilogía Fuego con Crossbooks, sello
de Planeta. A pesar de ese salto al papel, no planea abandonar internet: “Mis
seguidores han estado ahí desde el principio y creo que se merecen que siga
actualizando mis historias, subiendo mi trabajo, interactuando con ellos... Sin
ellos no estaría aquí”.
Empecé ahí con 11
años. Entré para leer, realmente no empecé a escribir hasta unos meses más
tarde porque vi que mucha gente de mi edad lo hacía
Joana
Marcús, escritora
Sin dudar, ve la tecnología como una
aliada de la lectura: “Al final cada uno la usa según sus intereses. Si a ti te
gustan los libros, cualquier red social en la que estés te puede recomendar
títulos o autores nuevos y puede hacer que encuentres una comunidad donde te
sientas cómodo. Creo que ayuda muchísimo, sobre todo si eres joven”.
Clubs
de lectura a través de una pantalla
Ese
papel de recomendadora Amaya Ascunce lo ejerce de múltiples
maneras; no hay palo digital que le quede por tocar a en lo que a libros se
refiere. La periodista, directora de la web de ELLE, ha montado un club de
lectura en la publicación, tiene otro con amigas y hace recomendaciones tanto
en sus redes sociales, como en su newsletter Leer por leer e incluso en el podcast de
Cristina Mitre.
Como recuerda, hubo un periodo en el
que la tecnología se asoció a la piratería de libros “y parecía que podía ser
un contra, pero a mí me parece que está haciendo que los clubs de lectura
aumenten, que la gente comparta y sea capaz de recomendar mucho más los libros
que les gustan”. Recalca además que “permite a la gente unirse en torno a
temáticas o nichos a los que antes era muy difícil tener acceso”: “A mí aparte
de leer me flipan los perfumes; la posibilidad que tenías hace 30 años de
juntarte con gente a la que le gustasen las dos cosas en una ciudad como
Pamplona era muy reducida. En cambio ahora puedes hablar con gente de todo el
mundo y unir ese tipo de pasiones que yo creo que a la lectura le está ayudando
un montón”.
[La tecnología]
permite a la gente unirse en torno a temáticas o nichos a los que antes era muy
difícil tener acceso
Amaya
Ascunce, periodista
Sus
clubs de lectura empezaron antes de la pandemia. “En ELLE creé un club que no
es como el mío en el que nos sentamos y hablamos, pero propongo un libro y
luego la gente me suele escribir por Instagram o en un grupo de Facebook”,
explica. El personal, llamado Otro club de lectura, lo montaron sus vecinas,
Paloma y Sara, “y cada una invitaba como a cinco miembros”. “Era físico,
quedábamos a tomarnos un vino y unas patatas fritas, con la pandemia empezamos
a hacerlo online y ahora hacemos una mezcla. Facilita mucho cuando somos muchas
con muchos horarios y muchas agendas el que lo hagamos digital”, añade. Y como
los suyos, triunfan muchos otros, incluidos los famosísimos de la actriz Reese
Witherspoon u Oprah Winfrey en el mundo anglosajón o el de La Vecina Rubia,
aquí en España.
Con todas sus recomendaciones, que
hace como un hobby —Ascunce es periodista pero siempre le ha encantado leer y
tiene estudios de Historia de la literatura y Literatura comparada—, cree que
ejerce en cierto modo “el papel del librero de antes. “Vivo cerca de una
librería que me encanta y que se llama Muga, que está en Pablo Neruda (Madrid),
y tiene ese tipo de libreros que siempre me aciertan. La gente ya no tiene eso
tan cerca”, reflexiona. En el mundo online piensa que funciona al
contrario: mientras que un buen librero es capaz de recomendar a cualquiera,
tenga los intereses que tenga, los usuarios buscan a alguien que lea cosas
parecidas a lo que les gusta. “Lo que hace la gente es buscar a alguien que
tenga las mismas inquietudes; te siguen e intentan leer todo lo que
recomiendas”, asegura.
Para ella, el mejor feedback que ha
tenido ha sido el de varias madres que le han escrito tras dar a luz: “Muchas
habían vuelto a leer por algún libro que yo había compartido o por algún
consejo como ‘cómprate un ebook que tenga luz para que puedas leer a oscuras’.
Y esto me ha hecho muchísima ilusión”.
La periodista mira con buenos ojos a
las nuevas tecnologías para enganchar a las nuevas generaciones a la lectura.
Mientras con los más pequeños suele haber “una estimulación bastante grande”,
con padres leyendo cuentos habitualmente a sus hijos, por ejemplo, la cuestión
está en juvenil: “Creo que es ahí donde se pierden los lectores porque es más
difícil, está más asociado al colegio y tal”. “Creo que en esa edad lo que
está triunfando mucho es la ficción serializada, para eso las nuevas tecnologías
son estupendas porque permiten que se enganchen, tienen un tipo de estructura
que tiene más que ver con internet”, recalca.
Instagram,
una ventana de recomendaciones
Víctor,
periodista de Valladolid, es lector desde era que pequeño. Su mesilla de noche
estaba plagada de tebeos primero, y de libros después. Entonces se levantaba
media hora antes de lo programado para poder leer, ahora comparte esa afición
con su comunidad de más de 20.000 personas en su perfil de Instagram, @lovasaleer.
La red
social se ha convertido en un gran escaparate para cuentas dedicadas a la
literatura, donde los usuarios comparten recomendaciones e impresiones sobre
sus lecturas y debaten sobre corrientes actuales. En el caso de Víctor, todo
empezó escribiendo reseñas en un blog en verano de 2016, pero poco después
decidió hacerlo en Instagram. “La mía es una cuenta de lecturas, que no de
libros”, matiza el periodista.
“Yo
nunca subo una foto de un libro que no he leído. Prefiero hablar de lecturas
que de libros. Y eso que el libro, como objeto, me fascina. Pero creo que el
valor está en ofrecer una opinión personal y justificada sobre lo que has
leído. Y eso sirve tanto para los libros que te gustan como para los que no has
soportado. Hay que publicar también reseñas de los libros que no te han
gustado. Y decirlo sin miedo ni complejos”, explica sobre el tipo de contenido
que publica.
El
periodista reconoce que no es muy consciente de toda la comunidad que se ha
formado en torno a su cuenta, pero sí valora los debates que nacen de sus
publicaciones. “Se generan conversaciones amables, educadas e interesadas por
los libros. Eso es muy importante, porque otras redes sociales se han
convertido en lugares agresivos. En Instagram, al menos alrededor de mi cuenta,
no percibo eso en absoluto”, cuenta. Víctor no es el único que ha decidido
utilizar esta red social para plasmar su pasión por la lectura. Hay otros casos
de éxito como el librero Xacobe Pato, que ha convertido sus
diarios en un libro, o @dimeunlibro, que además de hacer
recomendaciones descubre nuevas bibliotecas alrededor del mundo.
Se generan
conversaciones amables, educadas e interesadas por los libros. Eso es muy
importante, porque otras redes sociales se han convertido en lugares agresivos.
Víctor,
periodista responsable de @lovasaleer.
“Internet
es una vía genial para descubrir nuevas lecturas. Están las cuentas de las
editoriales (para descubrir sus novedades), pero, sobre todo, están los
perfiles de confianza, esos a los que sigues, de los que lees reseñas de forma
habitual. Y si a menudo coinciden gustos, sabes que lo que recomiendan
seguramente te gustará a ti también”, cuenta Víctor, que cree que las redes
sociales son tan buena herramienta para fomentar la lectura como las
recomendaciones de amigos o los suplementos literarios.
Las
newsletters literarias o cómo hablar de libros a través de una carta
Cuando
empezó en Instagram, Begoña Martín también compartía lecturas porque formaban
parte de su día a día. “Entre 2016 y 2018 empezó el boom y ya me puse
más en serio”, cuenta sobre su perfil @monstershouse donde habla de libros. Sin
embargo, quería compartir sus lecturas “de una forma más personal e íntima”, y
entonces llegó su newsletter.
Encabezado
de la newsletter de marzo.BEGOÑA MARTÍN/
A GIRL AND A BOOK
A girl and a book nació en 2018 y desde
entonces se envía de manera mensual, habitualmente el último fin de semana del
mes. “Muchos años atrás había tenido un blog, pero me llamaban la atención las
newsletter porque es casi escribir una carta. Eso de hablarle más de tú a tú a
otra persona y de que llegara de una manera más personal”, reflexiona la joven
de 28 años.
Para
Martín, lo mejor de las newsletters en comparación de redes sociales más
inmediatas como Instagram es la conversación se genera en torno a ellas. “La
gente la puede leer en el momento que se manda o tres semanas después, así que
te lo piensas, es todo más reposado y cuando respondes a una newsletter da pie
a una conversación más profunda”, relata. “Yo he descubierto libros que me ha
recomendado alguien que no conocía de nada a través de la newsletter. Eso me
resulta reconfortante”, añade.
He descubierto libros
que me ha recomendado alguien que no conocía de nada a través de la newsletter.
Eso me resulta reconfortante
Begoña
Martín, 'A girl and a book'.
La joven
defiende Internet como fuente para descubrir nuevos universos literarios:
“Cualquier herramienta para compartir es buena, sirve para crear comunidad. No
uso TikTok pero me parece genial que también se haga ahí, es absurdo tener
prejuicios”. Además de emisaria, Martín también es receptora y disfruta con los
boletines La libretilla y La flecha, de la escritora Carmen Pacheco.
“La flecha nació a partir de Ola, el
boletín de verano que lancé para disfrutar del tiempo de ocio. Y para mí parte
importante del ocio y de mi salud mental son los libros. Entonces los empecé a
incluir, la gente me pedía recomendaciones, y decidí empezar a enviar La
flecha en 2019”, cuenta Pacheco. Desde entonces, la escritora manda este
boletín repleto de reflexiones y recomendaciones culturales cada dos
semanas.
Como Martín, Pacheco también prefiere
las newsletters frente a Instagram, no solo por la inmediatez, sino también por
dar espacio a lecturas alejadas de las novedades o de la actualidad. “Tengo
mucho interés por los clásicos y las cosas antiguas y en Instagram hay muchas
novedades, que me parece genial, pero me gusta recomendar cosas antiguas y que
recomienden libros de hace años. Incluso dejar un espacio para libros que están
descatalogados y pueden encontrarse en una biblioteca digital”, defiende la
autora.
Para
ella, sus envíos son una especie de oasis: “Cada vez me apetece más escribir
newsletters más atemporales, ya tenemos las redes para lo otro, para estar
pegados a ellas y opinar de todo. Me gustaría que esto fuera un paréntesis, un
descanso mental”.
A pesar
de la velocidad de las redes, Pacheco defiende las plataformas y las
aplicaciones surgidas en la red como una herramienta fundamental para los
aficionados y el mundo del libro. “Internet es lo mejor que le ha pasado a los
lectores”, afirma rotunda. “He descubierto que está lleno de gente muy distinta
de la que te encuentras cuando abres Twitter. Los comentarios y los mails que
recibo son de gente con muchos intereses y muy particulares”, defiende la
escritora.
Internet es lo mejor
que le ha pasado a los lectores
Carmen
Pacheco, escritora y responsable de 'La flecha'
“El
hecho de entrar en Goodreads y encontrarte entrevistas con un montón de
referencias a libros, buscar un libro en la plataforma y tener las reseñas… Yo
encontré una copia digitalizada de unos poemas arábigo-andaluces que se habían
publicado en los años 30 o 40 gracias a Goodreads. Estás sentada en tu casa y
en cinco minutos encuentras eso”, destaca Pacheco sobre el poder de
internet.
BookTok,
el reino de la literatura juvenil
En TikTok hay bailes, rutinas de
ejercicios, vídeos de humor, bulos de belleza... pero también un gran puñado de
cuentas dedicadas a la lectura. Se llama BookTok y está revitalizando la
industria editorial estadounidense gracias a las recomendaciones de las cuentas
más influyentes en la red social.
El
fenómeno es similar al de BookTube, pero según un informe de Barnes&Noble,
una prestigiosa cadena de librerías en Estados Unidos, el impacto en las ventas es todavía mayor. En
España no hay estudios similares, pero si buscamos los resultados en español
del hashtag #booktok encontramos más de 50 mil
millones de resultados.
La propia plataforma señala quiénes
son las influencers más relevantes:
@saragbooks
@ir_zu
@letiziaalg21
@paycivbooks
@bookscrm
Entre las recomendaciones reina la
literatura juvenil, pero en una red social como TikTok hay hueco para mucho
más. Desde bibliotecas hasta rincones como restaurantes, jardines o cafeterías
que harán las delicias de los aficionados a la lectura. También se cuelan
vídeos con toques de humor para comentar las ficciones y sobre situaciones que
viven los lectores cuando están leyendo un libro. Por supuesto, también los
conocidos challenge.
En mi opinión🤎 #fypシ #libroslibroslibros #booktokespañol #booktoker #recomendaciones
Lectura
interactiva para los más pequeños
Las
nuevas tecnologías abren todo un abanico de posibilidades para presentar la
literatura a niños y adolescentes. Ejemplo de ello es Fiction Express, plataforma para mejorar la
competencia lectora en la que se publican libros infantiles y juveniles por
capítulos. El argumento lo van decidiendo los usuarios a través de sus votos y
la interacción con los autores –uno de ellos fue recientemente el mayor exponente
de la literatura juvenil en España, Jordi Sierra i Fabra— .
La cofundadora de Fiction Express,
Cristina Puig, defiende que la tecnología es una gran aliada de la lectura:
“Podría parecer enemiga a primera instancia pero en realidad es aliada”. “Lo
que hemos notado es un cambio de prepandemia a pospandemia. El coronavirus nos
obligó a ver la tecnología desde otro punto de vista y a no entenderla como un
fin sino como un medio”, destaca.
El coronavirus nos
obligó a ver la tecnología desde otro punto de vista y a no entenderla como un
fin sino como un medio
Cristina
Puig, cofundadora de Fiction Express
“Esto nos ha obligado a que los que
hacemos elementos de lectura con tecnología a no simplemente cambiar el
soporte; si leemos en un elemento tecnológico tengo que poder dar una serie de
beneficios”, argumenta. Entre ellos cita “dar soporte a temas más multimedia”,
habilitar funcionalidades de audición y tamaños para lectores que lo necesiten,
ayudar gracias al big data a chicos con dificultades lectoras o con dislexia e
incluso ayudar a Ucrania con la iniciativa que han puesto en marcha, Read for
peace, con la que donan cinco céntimos por cada libro leído.
Según
Puig, “puede parece un contrasentido pero los promotores más fuertes de Fiction
Express son los docentes con menos habilidades tecnológicas”, una vez que
comprueban que el soporte no está reñido con la calidad literaria.
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